Aquí hay algo que podría desinflar los egos de algunos entrenadores universitarios. 🙂
Recientemente tuvimos un recluta de 2018 en el campus para una visita. Esta es en realidad una chica que trajimos al campus en la primavera de 2017. Le hicimos una oferta entonces, pero estaba al comienzo de su proceso. Como resultado, ella no estaba lista para hacer un compromiso en ese momento. Luego dejamos de estar en contacto con ella durante el verano. Al acercarnos al primer torneo de Juniors del año al que íbamos a reclutar, miramos para ver si se había comprometido en otro lugar, pero no vimos ninguna indicación de que lo hubiera hecho. Siendo ese el caso, me detuve en su cancha para verla jugar. Ella lo hizo bien. Mejor de lo que recordaba.
Estábamos listos para acercarnos a ella nuevamente, pero ella se nos adelantó. Le envió un mensaje de texto al entrenador en jefe para expresar su interés, y eso la llevó a regresar al campus nuevamente. Se trataba principalmente de darle a su madre la oportunidad de echar un vistazo, ya que no estaba en el viaje la primera vez. Sin embargo, también le dio la oportunidad de conocer a todos nuestros nuevos jugadores. Solo nos quedan tres de cuando ella visitó la primera vez.
Ahora, en medio de todo esto, el el entrenador en jefe se estaba preparando para irse después de su renuncia. Hizo su anuncio al equipo dos días antes de la visita y habló con este recluta esa misma noche para avisarle también en caso de que importara.
¡No! No importaba en absoluto.
Conseguimos el compromiso de la chica la noche después de su visita.
Además, de las cuatro chicas que se comprometieron con nosotros antes, solo una decidió repensar las cosas. Ella pidió que la liberaran de su compromiso, haciendo parecer que quería quedarse más cerca de casa. Sin embargo, al mismo tiempo, continuamos hablando con los prospectos de 2018 y llevándolos al campus.
Supongo que el entrenador en jefe no importa. 😀
Honestamente, creo que así debería ser al menos para la mayoría de los reclutas. Debe tratarse principalmente de la escuela.
Seguimiento: dicho esto, teníamos tres prospectos alineados para reemplazar al colocador que se retiró. Todos querían esperar a ver quién sería el nuevo entrenador en jefe antes de firmar. Sin embargo, debido a que ese proceso se alargó tanto, uno por uno todos se desmoronaron. Así que es una bolsa mixta.
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