Abstracto
La atrofia del músculo infraespinoso es común en los jugadores profesionales de voleibol, pero no está claro si los déficits de fuerza y propiocepción comúnmente observados pueden revertirse con el entrenamiento. Cincuenta y cuatro participantes fueron reclutados en un grupo con atrofia del infraespinoso (IAG, n = 18) y un grupo sin atrofia (NAG, n = 18) de voleibolistas de élite más un grupo de control sano no atlético (CG, n = 18). Los IAG fueron entrenados con una rutina progresiva y específica de fortalecimiento de los rotadores externos del hombro durante 32 sesiones durante 8 semanas. Antes y después de la intervención se midieron el torque máximo de rotación externa del hombro (SERPT), el umbral para detectar el movimiento pasivo (TTDPM) y el sentido de la posición de las articulaciones (JPS). Al inicio del estudio, no se detectaron diferencias significativas en la fuerza o la propiocepción entre los grupos lesionados y de control, pero los atletas normales eran más fuertes y tenían mejor propiocepción que IAG o CG (P <0,001). IAG (d = 2,78) y NAG (d = 0,442) mejoraron significativamente la fuerza después del entrenamiento. IAG mejoró TTDM y JPS (P < 0,001, d = -0,719 y -2,942, respectivamente) pero aún fueron peores que NAG (P < 0,001). Los jugadores de voleibol de élite con atrofia del músculo infraespinoso tienen déficits de fuerza y propiocepción que pueden mejorarse mediante un programa de ejercicio específico hasta niveles normales, pero no de control de los atletas de élite.
Palabras clave:
atrofia del infraespinoso; dinamómetro isocinético; sentido de posición articular; propiocepción; entrenamiento de fuerza; umbral para detectar movimiento pasivo; vóleibol.
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