Hay una cita interesante de El pequeño libro del talento donde el autor Daniel Coyle habla sobre la necesidad de diferentes tipos de capacitación para los diferentes tipos de habilidades involucradas.
“Mientras que las habilidades duras se combinan mejor con precisión mesurada (consulte el Consejo n.° 8), las habilidades blandas se desarrollan jugando y explorando dentro de entornos desafiantes y en constante cambio. Estos son lugares donde encuentra diferentes obstáculos y responde a ellos una y otra vez, construyendo la red de cableado sensible que necesita para leer, reconocer y reaccionar. En otras palabras, para desarrollar habilidades sociales, debes comportarte menos como un carpintero cuidadoso y más como un patinador en un parque de patinetas: agresivo, curioso y experimental, siempre buscando nuevas formas de desafiarte a ti mismo”.
Permítanme comenzar explicando lo que Coyle quiere decir con habilidades «duras» y «blandas».
Los ejemplos de habilidades duras que usa en el libro son cosas como tocar el violín y Tom Brady lanzando un pase. En comparación, el ejemplo deportivo de habilidad blanda que ofrece es Lionel Messi regateando a través de la defensa contraria. Las primeras son cosas muy precisas y controladas, mientras que las segundas implican una improvisación considerable.
Pongámoslo en un contexto de voleibol. Lo único que podemos colocar firmemente en la categoría de habilidades duras es el servicio. Es totalmente autocontrolado y preciso, como lanzar una pelota de fútbol. Después de eso, las cosas se vuelven mucho más improvisadas. Eso no significa aleatorio. Simplemente significa que el jugador tiene que juzgar las cosas de forma continua para descubrir lo mejor solución a su situación actual.
Considere a un atacante y todas las cosas que intervienen en lo que hace con la pelota. ¿Cuál es la ubicación y el tempo del set? ¿Cuántos bloqueadores hay, qué tamaño tienen y cuál es su tiempo y espacio? ¿Está el bateador consiguiendo un buen acercamiento, o no? La ejecución de la habilidad definitiva (golpe, rodar tiro, punta) y apuntar (pasar el bloque, salir del bloque, reciclar) es una improvisación basada en la situación. El entrenamiento ayuda al jugador a desarrollar una gama completa de esas habilidades y a comprender cuál es la mejor en una situación determinada.
Pero, podría argumentar, la habilidad real utilizada es precisa. Cierto, pero no se puede separar la habilidad de la toma de decisiones que conduce a ella. Este es el Leer-Planear-Ejecutar (RPE) concepto. Tom Brady puede lanzar una pelota de fútbol de forma aislada de todo lo demás. Un bateador no puede atacar una pelota de forma aislada. La pelota primero debe ponerse en juego (por ejemplo, set) para poder hacerlo.
Coyle señala que debemos entrenar habilidades duras de manera muy controlada y precisa. Sin embargo, las habilidades blandas son algo completamente diferente. Requieren un contexto variado para que el atleta pueda trabajar a través de todos los diferentes tipos de soluciones posibles. Específicamente, dice:
“Cuando practique una habilidad blanda, concéntrese en hacer una gran cantidad de repeticiones variadas y en obtener comentarios claros. No te preocupes demasiado por cometer errores, lo importante es explorar”.
La primera parte de la primera oración anterior es una defensa tan fuerte para entrenamiento tipo juego como encontrarás.
0 Comments