Esta es una entrada en mi registro de entrenamiento de voleibol para 2014-15.
El miércoles fue nuestro primer partido BUCS del año. Decir que las cosas no salieron de manera óptima sería quedarse corto. Tuvimos que conducir más de 4 horas (conduciendo los jugadores) saliendo antes de las 7 am para llegar al partido, cerca de 5 horas cuando nos estacionamos y cruzamos el campus, nos cambiamos y entramos al gimnasio. Luego descubrimos que básicamente no teníamos tiempo para calentar antes de que comenzara la rutina oficial previa al partido porque nuestra Unión Atlética no nos informó que dicho calentamiento estaba programado para comenzar unos 25 minutos antes de que se cambiara el equipo. No hace falta decir que no estábamos ni cerca de estar mental o físicamente preparados para jugar el partido.
La oposición fue sólida, pero de ninguna manera abrumadora. Nos recordaron mucho a los equipos terceros de nuestra liga el año pasado en términos de estilo de juego. No tengo ninguna duda de que tenemos jugadores capaces de ganarles. No, sin embargo, si jugamos como lo hicimos el miércoles. Demasiados errores provocados por un juego tentativo y temeroso. Y nuestro bloqueo y defensa no fueron lo suficientemente buenos (este último definitivamente es una función del primero). Se necesita hacer mucho trabajo, técnica, táctica y mentalmente.
Fue una sesión de entrenamiento temprano el jueves cuando intercambiamos lugares con el equipo masculino ya que jugaron un partido al final del día el miércoles. Como era de esperar, hubo algunas mentes y cuerpos perezosos. Solo teníamos seis bolas, lo que ponía serios límites a lo que podía hacer con ellas. Terminó siendo una sesión desarrollada de forma dinámica.
Les pedí que comenzaran con pimienta giratoria después del calentamiento dinámico, luego pasé a una variación del taladro duro. Mi decisión de hacer esto último fue hacer que los jugadores pensaran más en la cancha. Después de eso, hice cuatros ganadores en media cancha (estrecha) con colocador fijo.
No fue una gran sesión. Muy poco enfoque. Muy poco compromiso. Bolas caídas. Los jugadores tomaron numerosas malas decisiones. Fui más agudo con ellos debido a eso de lo que he sido en lo que va de temporada. De hecho, terminé el entrenamiento temprano después de que otra pelota cayó al suelo con dos jugadores parados mirándose (lo que hizo que el capitán del equipo les gritara).
Les dije al final del entrenamiento que ciertos jugadores necesitan concentrarse más (sin nombres) y corrían el riesgo de ser excluidos del entrenamiento porque estaban influyendo negativamente en la capacidad de otros jugadores para practicar con la intensidad necesaria. Se les advirtió que sería mejor que la sesión del lunes fuera MUCHO mejor en términos de intensidad y enfoque.
En el lado positivo, después de decirles a los dos acomodadores que les haría hacer una flexión de brazos (solo 1) si los sorprendía dejando el objetivo antes de tiempo (de lo que ambos habían sido terriblemente culpables hasta ese punto de la sesión) eran mucho más más disciplinado al respecto.
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